Herald: 'El océano está roto', todo se está muriendo gracias a Fukushima y el silencio de la comunidad mundial

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Updated> 22-Oct-2013 4:02

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Introducción

(CRN® Oct-22-213)-Mientras dos tifones pueden convergerse en un fenómeno llamado ‘el efecto Fujiwara’ y el tifón Francisco busca entrar a Tokio y al norte, impactar la planta Nuclear fallida de Fukushima Daiichi que desde marzo 2011 sigue fuera de control, ya están empezando a surgir los testimonios de los navegantes que atraviesan el océano más vasto del mundo.

Las cosas no pueden estar peores. Pero mientras pasan las semanas, lo son.

Ahora el salmón está amarillo canario, incluyendo branquias y órganos internos, y los ojos de los mismos están saltones.

En Australia- Ivan MacFayden, un navegante australiano narra su experiencia horrorosa durante su travesía por el Océano Pacífico de Australia a Osaka en Japón, y de ahí, a Hawái, con destino final a la costa de San Francisco California y luego de regreso.

MacFayden narra un escenario apocalíptico.

En CR Noticias, ya hemos reportado y advertido que el océano se está muriendo debido a Fukushima y que Baja California va a ser la más afectada entre el 2016-2021, hasta 10 veces más radiación acumulada que en Fukushima.

MacFayden recuenta que ya hay ballenas que muestran tumores en la cabeza.

Ya sabemos que el pescado ha desaparecido. El arenque está sangrando por todas partes. El salmón han desaparecido y las almejas al igual que las estrellas de mar que se están literalmente derritiendo afuera de Canadá y la costa EE.UU. Esto lo hemos reportado en Conciencia Radio® y en CR Noticias. Y atención a todos aquellos oceanólogos que buscan desprestigiar a este medio, los hechos no mienten. Esto está ocurriendo.

Pero aún es el hecho que no solo la vida acuática ya está muriendo en niveles sin precedentes. Ahora los mamíferos  en Norte América también se están muriendo. Las focas bebes en Canadá y Alaska muestran llagas y heridas propias de la radiación al igual que los osos polares.

Arenque sangrante deja perplejos a científicos.

También, los alces se están muriendo por miles en EE.UU. y Canadá y convenientemente la comunidad científica dice que no sabe por qué. La respuesta es obvia, ¿no creen? Es una palabra de 9 letras llamada Fukushima.

El reportaje del Herald de Australia menciona también que por una extensión de 3 mil millas náuticas, 5,556 kilómetros, no hay vida. Estamos hablando de una extensión del tamaño de Hawái a San Francisco y la mitad de regreso.

Aparte de la isla de basura o isla de plástico que el desecho industrial ha creado y que se ha concentrado en cantidades inverosímiles en lo que se conoce como el Giro del Pacífico Norte y sus efectos en el ecosistema, como el documental MidWay demuestra; es el testimonio de este navegante australiano que es de vital importancia en estos momentos tomando en cuenta la campaña activa de censura mediática y gubernamental en torno al desastre más grande en la historia moderna de la humanidad llamado Fukushima.

Es la muerte de toda forma de vida que depende del océano como su fuente de vida. De forma bioacumulativa, los estragos y repercusiones a lo largo y ancho de la cadena alimenticia mostrará sus efectos hasta llegar a nosotros, los humanos.

Solo es cuestión de tiempo de que los desechos radioactivos de Fukushima que flotan por toneladas empiecen a golpear las costas del occidente de América del Norte. Se estima que arribe el colosal basurero a Baja California incluso entre

Agradecemos a Greg Ray del Herald de Australia quien decidió publicar lo que realmente está sucediendo en el ecosistema acuático más diverso del mundo y como este ya presenta las huellas de un ecocidio fuera de control sin que exista una muestra de preocupación de las organizaciones responsables de proteger los océanos, incluyendo a los gobiernos y naciones del mundo y las Naciones Unidas.

¡El Océano Pacífico se está muriendo! ¿Escuchan?

Esta información no es para aquellos que se burlan y no creen lo que van a leer. A ellos les decimos, sigan comiendo su sushi, marisco y pescado.

Nosotros como medio tenemos la responsabilidad de publicar esta información aunque no se correcta políticamente y aunque no le convenga a los intereses que se siguen beneficiando mientras siguen desangrando el regalo que el océano pacifico algún día lo fue por parte de Nuestro Creador.

Este es la traducción verbatim de dicho reportaje.


El Reportaje del Herald de Australia

Fuente original en inglés:http://www.theherald.com.au/story/1848433/the-ocean-is-broken/?cs=12
Traducción al español por Alexander Backman para Fukushima Report (FukUp) https://concienciaradio.com/fukushima


Ivan MacFayden abordo del Funnel Web, su barco con el que atravesó el Pacífico. Fuente: The Herald

Era el silencio que se hizo este viaje diferente a todos los que le anteceden.

No es la ausencia de sonido, exactamente.

El viento seguía azotado las velas y silbaban en el cordaje. Las olas seguían chapoteando contra el casco de fibra de vidrio.

Y había un montón de otros ruidos: golpes sordos y golpes y raspones mientras el barco golpeaba contra los pedazos de los escombros.

Lo que faltaba era el grito de las aves marinas que, en todos los viajes anteriores similares, habían rodeado el barco.

Los pájaros no estaban porque los peces habían desaparecido.

Exactamente 10 años antes, cuando el yatero de Newcastle Ivan Macfadyen había navegado exactamente el mismo curso de Melbourne a Osaka, todo lo que había tenido que hacer para atrapar a un pez del océano entre Brisbane y Japón era lanzar una línea con anzuelo.

"No hubo ni siquiera uno en los 28 días en esa parte del viaje, donde no atrapábamos un pez de buen tamaño para cocinar y comer con un poco de arroz”, recordó MacFayden.

Pero esta vez, en toda esa larga etapa del viaje por mar, la captura total fue de dos.

Ningún pez. No hay pájaros. Casi ni siquiera una señal de vida.

"En años pasados ​​me había acostumbrado a todas las aves y sus ruidos”, dijo.

"Ellas estarían siguiendo el barco, a veces apoyándose en el mástil antes de despegar de nuevo. Veías bandadas de ellas viajando sobre la superficie del mar a lo lejos, se alimentan de sardinas".

Pero en marzo y abril de este año, sólo el silencio y la desolación rodearon su barco, el Funnel Web, ya que corrió por la superficie de un océano embrujado.

Al norte de la línea ecuatorial, por encima de Nueva Guinea, los trota-océanos vieron un gran barco pesquero trabajando en un arrecife en la distancia.

"Todo el día estuvo allí, pescando de un lado al otro. Era un barco grande, como una nave nodriza", dijo.

Y trabajó también con luz artificial toda la noche. Y en la mañana MacFadyen fue despertado por su tripulante gritando, con urgencia, que el barco había puesto en marcha una lancha.

"Obviamente, yo estaba preocupado. Estábamos desarmados y los piratas son una preocupación real en esas aguas. Pensé, si estos chicos tenían armas entonces estábamos en serios problemas."

Pero no eran piratas, no en el sentido convencional, por lo menos. La lancha llegó al lado de nosotros  y los hombres melanesios a bordo nos ofrecieron regalos de fruta y tarros de mermelada y conservas.

"Y nos dieron cinco sacos de azúcar grandes llenos de peces", dijo.

"Eran buenos, peces grandes, de todo tipo. Algunos estaban frescos, pero otros habían estado, obviamente, en el sol por mucho tiempo.

"Les dijimos que no había manera de que podríamos utilizar todos los peces. Había sólo dos de nosotros, sin lugar real para almacenar o mantenerlos. Ellos sólo se encogieron de hombros y nos dijeron que los echáramos por la borda. Eso es lo que ellos habrían hecho con ellos de todos modos, dijeron.

"Nos dijeron que lo suyo era sólo una pequeña fracción de las capturas del día. Eso sólo estaban interesados ​​en el atún y para ellos, todo lo demás era basura. Todo era matado, todo desechado. Ellos sólo escrutaron el arrecife ese día y noche y lo despojaron de todo ser viviente."

MacFayden se sentía enfermo del corazón. Esa era una barca de pesca entre muchos más de trabajo que no se ven más allá del horizonte, muchos de ellos haciendo exactamente lo mismo.

No es de extrañarse que el mar estaba muerto. No es de extrañarse que sus líneas con carnada no pescaron nada. No había nada que atrapar.

Si eso suena deprimente, sólo empeoró.

La siguiente etapa del largo viaje era de Osaka a San Francisco, y la mayor parte de ese viaje la desolación estaba teñida de horror nauseabundo y un grado de miedo.

"Después de dejar Japón, se sentía como si el mar, en sí, estaba muerto", dijo MacFayden.

"Apenas vimos algunas cosas vivas. Vimos una ballena, una especie dando vueltas sobre la superficie sin poder hacer nada, con lo que parecía ser un gran tumor en su cabeza. Era bastante repugnante.”

"He viajado un montón de kilómetros en el océano en mi vida y yo estoy acostumbrado a ver tortugas, delfines, tiburones y grandes ráfagas de aves que se alimentan. Pero esta vez, para 3000 millas náuticas (5,500 kms) no había nada vivo a la vista."

En lugar de la vida faltante había basura en volúmenes sorprendentes.

"Parte de ello fue la secuela del tsunami que afectó a Japón hace un par de años. La ola entró por tierra, levantó una carga increíble de cosas y se lo llevó hacia el mar. Y todavía está por ahí a donde quiera que voltees."

El hermano de Iván, Glenn, quien se subió en Hawái para el tramo a los Estados Unidos, se maravilló de las “miles y miles” de boyas de plástico amarillo. Los enormes enredos de cuerda sintética, sedales y redes. Pedazos de espuma de poli estireno por millones. Y las manchas de aceite y gasolina, en todas partes.

Cientos de postes eléctricos de madera incontables están ahí fuera, quebrados por la ola asesina y todavía arrastran sus cables en medio del mar.

"En años pasados, cuando estaba inmóvil por la falta de viento, uno arrancaba el motor y seguía adelante," dijo Iván.

No esta vez.

"En muchos de los lugares no podíamos encender nuestro motor por temor a enredar las hélices en la masa de trozos de cuerda y cable. Esa es una situación sin precedentes, afuera en el océano.

"Si sí decidiéramos encender el motor no lo pudiéramos hacer de noche, sólo durante el día con un puesto de observación en la proa, en busca de basura.

"En la proa, en las aguas sobre Hawái, uno podía ver hacía abajo a las profundidades. Me di cuenta de que los escombros no sólo están en la superficie, sino todo el camino hasta abajo. Y son de todos los tamaños, desde una botella de refresco a pedazos del tamaño de un gran coche o un camión.

"Vimos una chimenea de una fábrica sobresalir del agua, con una especie de cosa de la caldera todavía unido por debajo de la superficie. Vimos una gran cosa parecido a un contenedor, simplemente rodar una y otra vez sobre las olas.

"Estábamos tejiendo nuestro camino alrededor de estos pedazos de escombro. Era como navegar a través de un basurero.

"Debajo de la cubierta uno constantemente escuchaba cosas que golpeaban contra el casco, y uno tenía constantemente miedo de golpear algo realmente grande. Así las cosas, el casco estaba rayado y abollado por todas partes de pedazos y piezas que nunca vimos.”

El plástico era omnipresente. Botellas, bolsas y todo tipo de objeto de desecho de consumo doméstico que puedas imaginar, desde las sillas rotas a recogedores, juguetes y utensilios.

Y algo más. La pintura amarilla vívida del barco, nunca se perdió por el sol o el mar en los años pasados, reaccionó con algo en el agua de Japón, perdiendo su brillo de una manera extraña y sin precedentes.

YA DE REGRESO en Newcastle, Iván MacFadyen sigue tratando de comprender la conmoción y el horror de la travesía.

"El océano está roto”, dijo, sacudiendo la cabeza con incredulidad.

Reconociendo que el problema es enorme, y que no hay organizaciones ni gobiernos que parezcan interesarles algo al respecto, MacFadyen está buscando ideas.

Él planea cabildear ministros del gobierno, con la esperanza de que puedan ayudar.

De manera más inmediata, que se acercará a los organizadores de las grandes regatas oceánicas de Australia, tratando de dar de alta a los aficionados al yatismo en un sistema internacional que utiliza los navegantes voluntarios para vigilar los residuos y la vida marina.

MacFayden se inscribió a este plan durante su estancia en los EE.UU., en respuesta a un enfoque por académicos estadounidenses que pidió a los yatistas para llenar formularios de encuestas diarias y recoger muestras para las pruebas de radiación - una preocupación significativa a raíz del tsunami y la consiguiente falla en la planta de energía nuclear en Japón.


"Les pregunté por qué no presionamos para que una flota salga a limpiar el desastre”, dijo.

"Pero ellos dijeron que habían calculado el daño ambiental causado por la quema de combustible para hacer ese trabajo sería peor que solo dejar los escombros allí.”

[Fin de traducción]

Y eso no lo es todo. Peor aún está la contaminación por aire, no por agua. La radiación que está llegando a Norte América por la Corriente de Chorro (Jet Stream) sigue aumentando a niveles preocupantes.

Nadie en su mente sana, puede seguir comiendo marisco o pescado del océano sin las mediciones adecuadas.

Pensar que 50 Conteos Por Minuto (CPM) de radiación fondo es normal para el lugar donde vives y tener que reportar, en base a las lecturas más recientes, que en lugares como Fresno California, en éste momento, se están registrando niveles elevados de 536! ¡10 veces arriba de lo normal!

Nadie va a querer ni respirar el rocío del mar en unos años simplemente por las partículas radioactivas que se podrían inhalar y que ya se están inhalando mientras caen con la lluvia radioactiva que ya está cayendo.

Para ver las lecturas actuales, favor de visitar el Nuclear Emergency Tracking Center.

Próximamente, Conciencia Radio estará midiendo los niveles de radiación en Baja California y estará publicando



ALEXANDER BACKMAN FUKUSHIMA

Alexander Backman es profesor en lenguas y experto en desencriptar códigos. Se dedica tiempo completo como periodista de investigación, investigador,  consultor de seguridad y luchador social. Es locutor certificado con licencia federal y da conferencias sobre una gran gama de temas desde contra terrorismo, terrorismo, bioterrorismo, asuntos de seguridad nacional y global, transhumanismo, el peligro de las vacunas, alimentos transgénicos, globalización, sociedades secretas entre otros. El Prof. Backman ha aparecido en cientos de entrevistas de radio a nivel nacional e internacional y programas de televisión incluyendo The History Channel y Univisión. Conduce el programa Conciencia Radio® y CR Noticias® desde los sitios web www.concienciaradio.info  | www.alexanderbackman.com  | www.concienciaradio.com  y www.noautismo.com

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